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A 70 años de la muerte de Charlie Parker

Uno de los saxofonistas más importantes de todos los tiempos mantuvo un ritmo de vida tan vertiginoso que no lo pudo soportar.

Nacido en 1920, Charlie Parker es considerado el mejor saxofonista de toda la historia. El músico creó un nuevo estilo dentro del jazz, revolucionó el género y siempre fue recordado por su frenética forma de vivir.

Muchos afirman que tenía una habilidad natural para extraer sonidos perfectamente afinados y melódicos a su instrumento, motivo por el cual se lo apodó Bird. Otros también sugieren que el mote se debe a su amor por el pollo frito.

Parker siempre fue un pájaro que voló a toda velocidad. Desde muy joven ya demostraba, arrogante, todo su talento, a la vez que consumía todo tipo de alcohol y drogas. Lo curioso es que, si bien sus excesos desembocaron en una muerte temprana, su técnica para tocar nunca se vio perjudicada.

Anécdotas hay y muchas; Miles Davis recordaba una ocasión en la que Parker no se presentó a ningún ensayo para un show, pero apareció para el día de la presentación, en la cual tocó perfecto y hasta le marcó errores a sus compañeros de banda. También sobran historias suyas empeñando su saxo para comprar droga, una adicción que llegó al punto en el que un club nocturno contrató a una persona encargada exclusivamente de recuperar el instrumento de Bird.

A pesar de su devoción por las sustancias, Parker fue un músico de alto vuelo. De hecho, junto al histórico Dizzie Gillespie creó el bebop, un género que desplazó al swing y a las big bands para siempre, y que demandaba una escucha más atenta. Si bien su estilo no estaba de moda, terminó por marcar tendencia en los años siguientes, ya que la improvisación con posibilidades ilimitadas llamó la atención de los aficionados al género.

A pesar de su inagotable genio, Parker tuvo una vida atravesada por comportamientos erráticos, dada su grave adicción a las drogas. Asimismo, un episodio fatal terminó por destruir su salud mental; la muerte de su hija por una neumonía mal atendida por falta de dinero.

Y así se mantuvo, entre su talento nato para tocar y su trágica forma de vivir, hasta los 34 años. Un 12 de marzo de 1955, murió de un infarto en la ciudad de Nueva York mientras veía la Orquesta de Tommy Dorsey en la televisión. Su estado era tan deplorable que el forense que realizó la autopsia estimó erróneamente que el cuerpo de Parker tenía entre 50 y 60 años después de años de consumo.

Fuente: Ámbito

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