El disco significó el despegue de su carrera musical.
Este 21 de noviembre, Björk celebró un nuevo cumpleaños. Se trata de una de las artistas más importantes de los últimos tiempos. La islandesa, quien marcó un camino diferente en la música con un estilo que mezclaba diferentes influencias y raíces, hizo su presentación oficial ante el mundo con Debut.
La cantante ya era conocida hace tiempo: había lanzado su primer proyecto homónimo con tan solo 12 años, y se hizo un nombre en la industria por ser la vocalista de The Sugarcubes, un grupo de rock alternativo que vivió desde mitades de los 80´hasta principios de la década siguiente. Fue justamente con la disolución de la banda que Björk encontró una ventana para poder comenzar su carrera solista.
Por si a alguien le quedaba alguna duda, Björk lo aclara desde el título. En una especie de borrón y cuenta nueva, ella quería que aquel trabajo sea su debut, y lo que tenía entre manos era digno de un renacimiento. El proyecto fue lanzado en 1993, año marcado por los primeros tintes de lo que sería el aporte de la música electrónica al resto de los géneros.
Pero Debut no se queda nunca en un lugar. El disco, que cuenta con 11 canciones, se mueve entre el pop electrónico, el techno, el naciente trip-hop, el jazz y el house. En el álbum se puede apreciar canciones como “Human Behaviour”, la pieza introductoria del extraño y fascinante mundo de Björk, con un sample del icónico compositor brasileño Antonio Carlos Jobim y una letra inspirada en el naturalista David Attemborough, escrita desde la perspectiva de un animal.
El trabajo llega a otro de sus cortes más conocidos, llamado “Venus As A Boy”, un trip-hop con influencias de la India al estilo Bollywood, como el productor Talvin Singh. También hay lugar para el baile, como en “There’s More to Life Than This” -grabado desde los baños del Milky Bar de Londres para capturar la esencia de los clubes nocturnos- y “Big Time Sensuality”. En la mitad del disco nos topamos con “Like Someone In Love”, una grata sorpresa en clave de standard de jazz, que Björk grabó con el arpista Corky Hale.
Producido por Nelle Hooper, Debut escaló hasta el tercer lugar en las listas de Gran Bretaña y se posicionó en el lugar 61 de las listas de Estados Unidos. De todas formas, con el paso del tiempo se convirtió en uno de sus discos más vendidos y más prestigiosos. Por otra parte, muchos de los cortes del disco estuvieron acompañados de videoclips, que pintan el universo que Björk busca mostrar.
La voz de Bjork es imposible de omitir. Los juegos que hace con ella, así como la variedad de rangos y expresiones que maneja, vuelven al disco una obra imprescindible para entender a la artista islandesa.
Un dato curioso es el de “Play Dead”, una canción escrita por Björk con David Arnold y Jah Wooble para el filme The Young Americans (1993) que no fue incluida en el disco, pero que luego fue parte de todas las reediciones.
Fuente: Ámbito