La última gran voz de la vieja escuela del siglo XX deja un legado de 70 discos.
El retiro no era parte del plan. Fue el Alzheimer el que le hizo la mala jugada en 2016 y lo bajó del escenario. Tony Bennett tenía planes de dar conciertos, de hacer música y de seguir aprendiendo hasta los 100 años. Grabó 70 discos.
“Amo mucho estar cantando para centenares de personas, es algo que en verdad disfruto y jamás he pensado en retirarme”, dijo en 2014 en una entrevista.
La muerte lo alcanzó a los 96, pero la música siguió en su cabeza. Era estimulante para él; sus médicos, incluso, consideraban que podía ser su mejor aliada, y fue capaz de recordar cuando volvió a escuchar las notas musicales de sus conciertos. De hecho, alcanzó a grabar discos de duetos con su gran amiga, Lady Gaga, con quien compartía la ascendencia italiana. El último disco, “Love for sale”, inspirado en los que presentó en 2014, fue lanzado en 2021, cuando él ya no recordaba, pero su voz podía escucharse. Lo grabó en 2018 y fue el aviso de su retiro oficial de los escenarios.
Cabe señalar que Lady Gaga tras grabar el álbum le comentó a Tony: “Gracias por todo. Un día devolveré el mismo gesto que hiciste por mí a otra persona. Me recuerdas que siga luchando. Y lo haré”.
Por su parte, la familia del músico prefirió resguardar a Bennett. Fue hasta 2021, cinco años después del diagnóstico, que su esposa Susan Benedetto reveló que el famoso “crooner” – cantante que interpreta los temas con suavidad- tenía Alzheimer.
El cantante entonces, en un intento de la familia por dar un mensaje a quienes padecen la enfermedad, le permitió subirse de nuevo al escenario, en el Radio City Music Hall; dio un concierto y grabó un especial de tv, aunque había incertidumbre.
En una entrevista del programa “60 Minutos” con Anderson Cooper, Susan dijo que su esposo todavía la reconocía, tanto a ella como a sus hijos. Es que, concretamente, “él no sabe lo que tiene”, aclaró. Aunque Gaga reveló posteriormente que el mismo Tony le contó lo que padecía.
Fuente: Informador