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El mexicano que trabaja para rescatar la música sinfónica

Juan Pablo Contreras busca divulgar el gusto por la música de orquesta. Su obra Mariachitlán reabre el Walt Disney Concert Hall y también será interpretada en el Carnegie Hall.

Cuando el compositor mexicano Juan Pablo Contreras era niño, siempre en su casa se escuchaba música clásica. En sus recuerdos están muy claros los ensayos de su mamá, quien es pianista concertista, por lo que desde los seis años decidió aprender a tocar el violín y adentrarse al género.

Aunque en su adolescencia se alejó un poco, debido a que se interesó más en el rock, el escuchar a una banda de metal sinfónico lo hizo retomar su interés por la orquesta y fue gracias al compositor Daniel Catán que decidió realizar estudios en Estados Unidos.

Hoy ha triunfado a nivel internacional, su obra más destacada es Mariachitlán, la cual estuvo nominada al Latin Grammy en 2019, y se ha presentado en países como Estados Unidos, Argentina y México.

En una charla vía zoom, el originario de Guadalajara, Jalisco, señaló que es un honor llevar la orquesta a nuevos públicos, ya que considera es momento de que el género tenga nuevos exponentes.

“He trabajado los últimos cuatro años en diferentes proyectos con la Orquesta de Cámara de Los Ángeles, y en la temporada 2019-2020, antes de la pandemia, fui el compositor residente, y el primer mexicano en tener este título”, dijo. “El empujar para que haya más música clásica nueva siendo presentada al público es muy importante para que ésta no se convierta en un museo, sino en un ente viviente”.

“Ese es uno de los grandes retos de ser compositor clásico contemporáneo, que estás constantemente compitiendo contra fantasmas como Beethoven y Mozart, y a la vez hacer algo nuevo”, agregó.

Uno de los detalles que ha cuidado mucho en su trabajo es la incorporación de elementos mexicanos, ya sea a través de los ritmos o de los propios instrumentos. Para él la alegría que transmite es una pieza clave para lograr que todos los asistentes, sin importar su nacionalidad, se conecten con sus propias raíces y se sientan cómodos en las salas de conciertos.

Uno de sus deseos es que el público borre la idea de que este género es reservado para las élites, y que para acudir a escucharlo en vivo debes ir “vestido de cierta manera”. Por ello, en los últimos años ha realizado adaptaciones de otros géneros, hizo un cover del tema “No me destruyas” de Zoé, y los arreglos sinfónicos de “Amor ordinario” de Danna Paola, con lo que busca invitar a los escuchas a perderle el miedo a la orquesta.

“Muchas veces, y especialmente en México, es hasta más barato que ir al cine, es muy accesible. La Ciudad de México tiene cuatro orquestas que son maravillosas, se trata de empezar poco a poco. Siempre nos da un poco de miedo lo desconocido y creemos que no nos gusta, pero si vas a un par de conciertos, empiezas a ganarle al gusto”.

Para continuar con su labor en pro de la música de orquesta, este 26 de junio su obra Mariachitlán abrirá las puertas del Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles, sala que ha permanecido cerrada más de un año por la pandemia. Para esta ocasión hizo un arreglo especial diseñado para 40 músicos, que será interpretado por la Orquesta de Cámara de Los Ángeles que dirige Jaime Martín.

La pieza se escuchará en el Carnegie Hall de Nueva York, el 24 de julio, donde será ejecutada por la National Youth Orchestra of USA, conformada por 80 de los músicos más destacados de Estados Unidos, bajo la batuta de Mei-Ann Chen.

También prepara una gira de un año como parte de un programa de la Asociación New Music USA, en la que eligieron a seis compositores para trabajar con un grupo de cinco orquestas de ciudades como Las Vegas, Fresno y San Francisco, para acercar a los músicos y al público que acude a los conciertos.

Fuente: El Sol de México

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